La cefalea cervicogénica es un tipo secundario de dolor de cabeza que resulta de una disfunción en la región del cuello. Actualmente, la teoría predominante en la investigación sobre cómo se produce esta forma de cefalea es que problemas mecánicos—como esguinces o distensiones, hernias discales, o artritis degenerativa—irritan uno o más nervios espinales cervicales superiores (típicamente C1-C3), y esta irritación puede causar dolor referido que se percibe en las regiones occipital (parte posterior de la cabeza), frontal (frente), temporal (lados), u orbital (ojos). Se estima que las cefaleas cervicogénicas representan aproximadamente el 4% de todos los casos de cefalea y representan una razón común por la que los adultos, en particular los que se acercan a la mediana edad, buscan tratamiento quiropráctico.
Cuando los pacientes acuden a una clínica quiropráctica con cefaleas, los quiroprácticos se basan en el historial del paciente, los resultados del examen clínico, y las pruebas ortopédicas de provocación para determinar si la cefalea es cervicogénica o de otro tipo (como migraña o tensional). El diagnóstico puede ser complicado porque algunos pacientes experimentan varios tipos de cefalea simultáneamente.
Para diagnosticar con precisión las cefaleas cervicogénicas, los quiroprácticos buscan específicamente estas características distintivas: dolor unilateral (en un solo lado de la cabeza) que no cambia de lado en episodios posteriores; dolor que suele originarse en el cuello y luego se irradia hacia arriba a las zonas occipital, temporal, frontal u orbital; dolor que se describe como no pulsátil y no lancinante (constante, sordo o doloroso en lugar de agudo o pulsante); episodios que varían significativamente en duración, de horas a días, o incluso meses; dolor de cabeza que con frecuencia se desencadena o agrava por los movimientos del cuello o aplicando presión externa en la unión craneocervical (base del cráneo y parte superior del cuello); y dolor que suele ir acompañado por la restricción del rango de movimiento del cuello y un dolor vago o rigidez en el hombro o en la zona superior del trapecio.
Una vez confirmado el diagnóstico e identificada la disfunción musculoesquelética latente, puede iniciarse el tratamiento. Los quiroprácticos suelen emplear un enfoque multimodal, combinando terapias manuales en la consulta (como ajustes vertebrales, movilizaciones, terapias de tejidos blandos, y técnicas de energía muscular) con ejercicios terapéuticos específicos para que el paciente los realice en casa. El tratamiento para la cefalea cervicogénica también puede incluir tracción cervical intermitente, suministrada en la consulta o con un dispositivo de tracción en casa. La tracción cervical ayuda a aliviar la irritación o compresión de las raíces nerviosas, disminuir los espasmos musculares, mejorar la movilidad articular, reducir la constricción vascular, y promover una alineación postural más saludable.
Las pautas de tratamiento estándar para la cefalea cervicogénica suelen recomendar un ciclo de tratamiento inicial de aproximadamente ocho a diez visitas quiroprácticas durante cuatro a seis semanas. Sin embargo, la frecuencia y la duración exactas del tratamiento pueden variar en función de factores individuales del paciente y el criterio clínico del quiropráctico.